La preparación:
Nada más escuchar que se
preparaba una prueba de 120
km . en mtb y en mi pueblo, me recorrió un escalofrío por
el cuerpo que me despertó un poco más, si cabe, la pasión por este deporte.
Luego me interesé por el recorrido y no cabía
en mi pensando de Berzocana a Solana por
camino, ¿Por donde? Esto lo tengo que hacer ya, quiero verlo, quiero
disfrutarlo. La subida hacia el
Risco, pero si no la he hecho nunca, que duro tiene que ser con 90 km . a la espalda… Y ya
no paré hasta intentar conocerme cada paso, cada tramo, cada subida y cada
bajada, por desgracia no tuve tanto tiempo pero si lo hubiera tenido no dudéis
que lo hubiera hecho, me gusta demasiado.
Respecto a la preparación, como es
habitual nunca sale todo a la perfección, en diciembre luxación de hombro
cuando estaba en mi mejor estado de forma, parón y vuelta a empezar y luego la
rodilla dijo basta y tuve que parar de correr. Eh, que no pasa nada, pues monto
en bici y nado despacio, no tengo prisa. A todo esto se une un tema personal que
hace que no pueda entrenar lo que entrenaba antes. Pero yo sabia que con mis
dos o tres salidas semanales (y mi rodillo, que al final le voy a coger cariño)
aunque con poco tiempo podía volver a una forma decente.
Reconocimiento y
búsqueda de sensaciones:
Si me conocéis un poco os podéis
imaginar que no me iba a quedar tranquilo hasta no hacer por lo menos lo que no
conocía del circuito y así lo hice dos semanas antes, sólo hasta el km. 75,
donde se concentraba gran parte de la dureza de la prueba y acabé con
calambres, con un dolor de piernas tremendo bajando los 15 km . que separan el Pozo de
las nieves de la rotonda de entrada a Guadalupe. Según los tiempos que tomé y
sabiendo que no fui a tope (menos mal porque sino mando un helicóptero de
rescate) estimé entre 7 horas y 7:30, mas bien lo último pensando en los 45 km . que quedaban, que
ojito con lo que quedaba.
Soy bastante de sensaciones aunque también
creo en la preparación mental, es decir, tú no puedes ir a esta prueba sin
haber visualizado lo que te espera y decir lo
voy a hacer y seguro que llego, por lo menos llego y después ya veremos.
Pues la semana de antes estaba ya con ganas y el sábado haciendo la activación
iba rápido sin querer (rápido para mi nivel se entiende) y me dije ¿7 horas?, ummm, ya veremos. Así que
decidí salir sin conservar demasiado, como os cuento después, y a ver que coños salía (como diría
Extremoduro).
La carrera:
¡Madre
mía la salida! Parecía la de una prueba a nivel nacional, con cada categoría en
su sitio, un montón de público, 700 participantes, un speaker de lujo y… ¡Traca!
Esto empieza señores, empezamos con un primer tramo en el pueblo neutralizado,
disfrutando un poco de la alegría de ver a todos tus paisanos jaleando. Se
acaba el pueblo y todo el mundo saca el cuchillo, nos ponemos a mil por hora,
la bajada del Mosquito con visibilidad nula del polvo, me da igual, me meto por
fuera y gano puestos, la idea era no ir demasiado rápido por aquí pero te ves
en medio de esa guerra y que haces, pues hacer lo mismo.
Subida
hacia la sierra de Berzocana, no me
caliento, cojo grupo y cuando estamos casi arriba “me tiro el pisto” y le digo
a uno, mira a tu izquierda y flipa. Y
es para flipar, logrosanos y no logrosanos no os perdáis esa vista, algunos la
tenéis bien cerca y es un lujo solo sentarte al borde del camino y disfrutarla.
Con
mi alegría y las fuerzas que todavía acompañaban alcanzo el primer avituallamiento,
casi 10 minutos menos de lo esperado. ¿Iré
demasiado rápido? Me daba igual, las sensaciones eran buenas pues a seguir
igual. Berzocana, sigo con 10-15 minutos de adelanto de lo previsto, me quedo
solo en la bajada, muy rápida y peligrosa que no hice a tope porque llevaba las
ruedas demasiado infladas, calculé mal y me di cuenta en la primera curva que
no traccionaba demasiado y no me la quería jugar, quedaba demasiado todavía.
En
Berzocana me atrapan un par de
Bicicletas Cáceres junto con un conocido de un conocido (así funciona este
mundo, por el maillot ya sabes que es fulanito amigo de menganito…, En este caso
de un compañero de curro), encaramos
la vereda hacía Solana, todo bien,
buena marcha, buena compañía, penúltimo repecho y ¡zas! Se me cruza un
compañero, me desequilibra y me caigo hacía atrás, rodando, me hice daño, a día
de hoy me duele la rodilla y el muslo. Me levanto encabronao y dolorido e intento reponerme, pierdo el grupo y
comienzo la subida por carretera que deja Solana a mi espalda.
Vuelvo
a coger ritmo y engancho con tres de los del grupo anterior, y ya no los
dejaría hasta la subida al Pozo de las nieves. De Solana a Navezuelas hay dos subidas no demasiado fuertes pero
largas y que como no controles lo pagas después, como todo a ritmo y
controlando pulsaciones. En la segunda subida me equivoqué porque descolgué a
los de mi grupo pero llegué fatigado al alto y decidí esperarlos para encarar
la subida por carretera hacia el Valle
Viejas. Menuda subida, menos mal que es carretera, no sé qué desnivel
tendrá pero no creo que baje del 10%. Me agazapo entre mis compañeros hasta
coronar, bajada rápida con curvas fuertes pero sin problema.
Empieza
el penaero, la subida al Pozo se me hace eterna, siempre se me hace eterna, esas
piedras, esas cuatro rampas seguidas más la última hasta coronar, uuuufffffff, allí me di cuenta de que
quizás me había pasado un poco con el ritmo y sólo era el km. 60. Corono con 3:30 casi 20 minutos antes
de lo esperado. Me esperan Eugenio y César en el avituallamiento, me paro a
comer y beber y le digo a César que creo voy un poco rápido, me da un bocadillo
y me dice para el camino natural.
Bajada brutal hasta Guadalupe, casi toda
la hago solo hasta que engancho con uno al final del tramo de carretera cuando
ya empieza de nuevo un camino. Aunque se recupera comiendo y bebiendo en la
bajada pero esta no sé por qué pero se me hizo una auténtica tortura, porque
otra vez como en el reconocimiento me dolían las piernas y los brazos iban
sufriendo con los botes continuos aunque en condiciones normales esa bajada es
espectacular y más por la ruta del Onceno pero esa ruta quizá era demasiado
peligrosa para la prueba.
Comienza
el camino natural, nada más empezar
rampita al vientinoseque porciento,
después pica hacia arriba un par de km. hasta que por fin puedes descansar
llaneando y bajando, pero sólo un rato que luego viene lo divertido, Puerto Llano, a ver quién es el
cachondo que lo llamó “llano”, rampita a 6 km. de coronar con todo el mundo
bajándose de la bici ya y luego los más de 4 km. de ascensión. Y a esa hora el
sol ya quemaba de narices. Me encuentro al primo Emma que me da un agua fría,
tan fría que ya sé lo que es el agua bendita, es el agua de mi primo, me
recarga las botellas con agua y bebida con sales (a mi si no me pagan no hago
publicidad, J) . ¡Que lujo! ¡Gracias primo!
Ya
el cuerpo no me responde mucho y mi cabeza intenta ponerse hitos para engañar
al cuerpo y seguir hacia delante, porque venía la subida hacia el Risco, y pensaba, esto es fácil, subes un rato, la zona dura andando y así comes
tranquilamente, luego vuelves a montarte y ya estás arriba. Y así lo hice,
y me encuentro a Gonzalo que me canta el 73, vas el 73, venga máquina. Y
os prometo que me pegó un subidón y pensé en apretar todo lo posible pero creo
que sólo me respondían las pestañas, estaba muy cansado pero tenía que terminar
y si podía, no perder más puestos.
Después
todo bien hasta el final de la bajada
y encarar el camino que rodea a Cañamero. Que mal lo pasé hasta llegar a
Cañamero, no me conocía ese camino (conozco el de arriba no este) y sin
referencias se me hizo eterno, un 0,0005% de pendiente me hacía perder cuatro,
cinco, seis km/h, me desangraba, iba muerto.
Lo
que es la cabeza amigos, fue llegar al avituallamiento
de Cañamero y se me quitó todo el dolor y sufrimiento y ya veía la meta,
joder si la veía, venga 10 km. ¡ya está
hecho! Y quedaban dos cuestitas pero daba igual, acabar, acabar, acabar...
Y miro el reloj y me sorprende un 6:12 h., ostras
no puede pasar de 6:30, lo puedo
conseguir, vamos. Otro engaño para mis piernas que empezaron a funcionar y
en la última cuesta encuentro a un grupo de 10-15 tíos, una pena que no haya más
cuestas pensé. Fíjate lo tonto que esta uno, pensando en que me dieran más
cuestas para pillarlos porque sabía que en llano no tenía nada que hacer y ojo
que si me dan medio km. más les cazo, les paso y los gano o eso me creía yo.
Y
llegó el disfrute, bajada, llano,
vía verde con uno delante que casi se queda sin cuello de mirarme y yo a tope,
30 por hora, te voy a pillar, pues no
le pillé, porque cuando encaramos la subida final preferí llamar a mi mujer
para decirle que iba a entrar en meta casi una hora antes de lo esperado porque
un plaza más o menos tampoco me importaba demasiado, más importante era que los
míos me vieran llegar y poder disfrutarlo con ellos.
La meta, esa franja invisible (visible
para el que le ponen la cinta, pero todavía no hemos llegado a eso, jeje) que
en tu cabeza, o por lo menos en la mía, es lo a veces me empuja a hacer lo que
hago, la que tira, la que saca esa fuerza de donde no la hay.
Al
final 6:29:53, puesto 66 en la general de casi 600 personas. Muy contento por
el resultado aunque no del todo porque me falta fondo. Así soy yo, no me puedo
conformar, algún defecto tenía que tener. El año que viene… Bajar de 6 horas y sobre
todo y por encima de todo poder disfrutarlo, competirlo y compartirlo con algunos
amigos que echado en falta.
César, el tipo que se le ocurrió hacer
esto y que por ello le doy mil gracias, por todo lo que he podido disfrutar,
por todo el esfuerzo y empeño que ha puesto en sacar adelante esto y sobre todo
por conseguir juntar a un equipo de personas que se han volcado en la prueba.
Voluntarios, amigos, empresarios, autoridades, etc. Gracias a todos por vuestro
apoyo, el domingo me sentí importante porque en cada parada alguien me conocía,
alguien me animaba. ¡Gracias!
El
año que viene VOLVERÉ!! Eso seguro TITANES!!!
Muy buena narracion kiko...a mi me encanto, gran organizacion!!! Precioso el paisaje, volvere!!!!
ResponderEliminarGracias Iñigo, me alegro que te encantara, es un orgullo para nuestro pueblo haber podido disfrutar de este espectáculo! A por la Norextrem! Ya me contarás. Un abrazo.
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