Ruta: Risco Gordo
Participantes: 2
Distancia: 45km
Desnivel Acumulado: 1229m
Dificultad: Alta
Con más espíritu que piernas y con el
fresquito de la mañana, salimos del barrio Gonzalo y yo (Javi) con la intención
de coronar el Risco Gordo en Cañamero. El primer objetivo, que es siempre
disfrutar del campo, lo cumplimos nada más salir. La helada de la noche
anterior lo cubre todo de blanco y, aunque el intenso frío se deja sentir con
fuerza, el sol empieza a brillar en un cielo completamente despejado.
No voy a ser muy preciso con los lugares que
mencione porque no llevo mucho en esto y apenas empiezo a conocer los caminos,
veredas, repechos, ríos y demás elementos que forman estas rutas.
Empezamos nuestra andadura por los caminos de
detrás de la vía, salimos de la estación y pusimos rumbo a Cañamero. Como somos
unos saltacharcos y no tenemos los famosos calcetines impermeables, a la
primera de cambio nos empapamos los pies y los llevamos helados toda la mañana.
El primer reto, para los mortales como nosotros, es subir el puerto de Cañamero
por el polígono. El último tramo se pone durillo pero lo superamos con bastante
dignidad. Cruzamos el pueblo mientras Gonzalo me explica dónde vamos a subir. Al
principio me asusta un poco, pero la idea termina por apetecerme. ¡Error! A la
salida de Cañamero dirección Guadalupe, enfrente del parque, sale una pista con
una pendiente bastante asequible, pero a medida que avanzamos la cosa se
complica, al menos para mí. Las vistas durante la ascensión son espectaculares,
y el resultado merece la pena, pero el último tramo antes de llegar a Risco
Gordo hace que las aguas vuelvan a su cauce y cuando por fin consigo coronar,
Gonzalo lleva un rato disfrutando del paisaje.
Nada más empezar el descenso me trago un
surco y reviento la rueda trasera. Después de desmontarla e intentar colocar
una cámara nueva que llevo siempre en la mochila, nos damos cuenta de que es de
válvula fina y o nosotros no tenemos mucha idea (cosa bastante probable), o mi
bomba no sirve para hincharla. Toca arreglar la rota. Tiene dos pequeñas rajas
que conseguimos tapar con dos parches. Quince años hacía que no arreglábamos un
pinchazo. Menudo cuadro: “Yo creo que has echado poco pegamento” “¿Este
plástico hay que dejarle?” “Me parece que hay que estirar la cámara al pegar el
parche” “… y ahora habrá que esperar un rato a que esto se seque, ¿no?”. En
fin, que echamos allí un ratillo pero la incidencia quedó resuelta.
Tras
el breve incidente, continuamos el descenso hasta Cañamero y nos dirigimos a la
carretera vieja que va a Berzocana. Es asfalto, pero a nosotros nos gusta
porque casi no tiene tráfico y el paisaje es precioso. La pendiente no es muy
dura, y nosotros la subimos a una media de unos 11K/h, un ritmo no muy rápido
pero acorde con nuestro nivel.
Cruzamos la rotonda de Berzocana-Navezuelas y
subimos a la antena y de ahí, por la pista que va por la ladera de la sierra
bordeando el valle, nos dirigimos otra vez a Logrosán, volviendo a los caminos
por los que empezamos. Y como somos unos chicos muy sanos, nos vamos a lavar la
bici y a comer. ¡Nos vemos en el barro!
By Javi "Chikinino"
Grandes y con dos pelotas chicos!! Muchos q lo lean dirán, eso lo hice yo ayer para calentar pero para los q nos ha gustado tanto Bienvenido, Capitol y demás bares (entre otras muchas cosas) y que hemos escuchado llamar al timbre sin q nadie lo haya pulsado, es todo un logro.
ResponderEliminarEnhorabuena y seguid dandole duro.
Me gustan esas vistas, para cuando vaya y coincidamos la hacemos Javier. Luis J.
ResponderEliminarLa verdad es que las vistas son espectaculares.Y detrás de los dos chavales más todavía
ResponderEliminarMe imagino quien es el primero por lo del timbre, jajajaja. Que "mala" vida nos hemos pegao. Cuando querais y coincidamos lo hacemos, yo estoy deseando repetir. Un abrazo chicos! Javi Ch.
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