sábado, 17 de mayo de 2014

ASÍ VIVIÓ UN MTBIKERS TITÁN VILLUERCAS, DESDE DENTRO!

La preparación:

Nada más escuchar que se preparaba una prueba de 120 km. en mtb y en mi pueblo, me recorrió un escalofrío por el cuerpo que me despertó un poco más, si cabe, la pasión por este deporte.
 Luego me interesé por el recorrido y no cabía en mi pensando de Berzocana a Solana por camino, ¿Por donde? Esto lo tengo que hacer ya, quiero verlo, quiero disfrutarlo. La subida hacia el Risco, pero si no la he hecho nunca, que duro tiene que ser con 90 km. a la espalda… Y ya no paré hasta intentar conocerme cada paso, cada tramo, cada subida y cada bajada, por desgracia no tuve tanto tiempo pero si lo hubiera tenido no dudéis que lo hubiera hecho, me gusta demasiado.
Respecto a la preparación, como es habitual nunca sale todo a la perfección, en diciembre luxación de hombro cuando estaba en mi mejor estado de forma, parón y vuelta a empezar y luego la rodilla dijo basta y tuve que parar de correr. Eh, que no pasa nada, pues monto en bici y nado despacio, no tengo prisa. A todo esto se une un tema personal que hace que no pueda entrenar lo que entrenaba antes. Pero yo sabia que con mis dos o tres salidas semanales (y mi rodillo, que al final le voy a coger cariño) aunque con poco tiempo podía volver a una forma decente.

Reconocimiento y búsqueda de sensaciones:

Si me conocéis un poco os podéis imaginar que no me iba a quedar tranquilo hasta no hacer por lo menos lo que no conocía del circuito y así lo hice dos semanas antes, sólo hasta el km. 75, donde se concentraba gran parte de la dureza de la prueba y acabé con calambres, con un dolor de piernas tremendo bajando los 15 km. que separan el Pozo de las nieves de la rotonda de entrada a Guadalupe. Según los tiempos que tomé y sabiendo que no fui a tope (menos mal porque sino mando un helicóptero de rescate) estimé entre 7 horas y 7:30, mas bien lo último pensando en los 45 km. que quedaban, que ojito con lo que quedaba.

            Soy bastante de sensaciones aunque también creo en la preparación mental, es decir, tú no puedes ir a esta prueba sin haber visualizado lo que te espera y decir lo voy a hacer y seguro que llego, por lo menos llego y después ya veremos. Pues la semana de antes estaba ya con ganas y el sábado haciendo la activación iba rápido sin querer (rápido para mi nivel se entiende) y me dije ¿7 horas?, ummm, ya veremos. Así que decidí salir sin conservar demasiado, como os cuento después, y a ver que coños salía (como diría Extremoduro).


La carrera:

            ¡Madre mía la salida! Parecía la de una prueba a nivel nacional, con cada categoría en su sitio, un montón de público, 700 participantes, un speaker de lujo y… ¡Traca! Esto empieza señores, empezamos con un primer tramo en el pueblo neutralizado, disfrutando un poco de la alegría de ver a todos tus paisanos jaleando. Se acaba el pueblo y todo el mundo saca el cuchillo, nos ponemos a mil por hora, la bajada del Mosquito con visibilidad nula del polvo, me da igual, me meto por fuera y gano puestos, la idea era no ir demasiado rápido por aquí pero te ves en medio de esa guerra y que haces, pues hacer lo mismo.


            
Subida hacia la sierra de Berzocana, no me caliento, cojo grupo y cuando estamos casi arriba “me tiro el pisto” y le digo a uno, mira a tu izquierda y flipa. Y es para flipar, logrosanos y no logrosanos no os perdáis esa vista, algunos la tenéis bien cerca y es un lujo solo sentarte al borde del camino y disfrutarla.

            Con mi alegría y las fuerzas que todavía acompañaban alcanzo el primer avituallamiento, casi 10 minutos menos de lo esperado. ¿Iré demasiado rápido? Me daba igual, las sensaciones eran buenas pues a seguir igual. Berzocana, sigo con 10-15 minutos de adelanto de lo previsto, me quedo solo en la bajada, muy rápida y peligrosa que no hice a tope porque llevaba las ruedas demasiado infladas, calculé mal y me di cuenta en la primera curva que no traccionaba demasiado y no me la quería jugar, quedaba demasiado todavía.



            En Berzocana me atrapan un par de Bicicletas Cáceres junto con un conocido de un conocido (así funciona este mundo, por el maillot ya sabes que es fulanito amigo de menganito…, En este caso de un compañero de curro), encaramos la vereda hacía Solana, todo bien, buena marcha, buena compañía, penúltimo repecho y ¡zas! Se me cruza un compañero, me desequilibra y me caigo hacía atrás, rodando, me hice daño, a día de hoy me duele la rodilla y el muslo. Me levanto encabronao y dolorido e intento reponerme, pierdo el grupo y comienzo la subida por carretera que deja Solana a mi espalda.
            Vuelvo a coger ritmo y engancho con tres de los del grupo anterior, y ya no los dejaría hasta la subida al Pozo de las nieves. De Solana a Navezuelas hay dos subidas no demasiado fuertes pero largas y que como no controles lo pagas después, como todo a ritmo y controlando pulsaciones. En la segunda subida me equivoqué porque descolgué a los de mi grupo pero llegué fatigado al alto y decidí esperarlos para encarar la subida por carretera hacia el Valle Viejas. Menuda subida, menos mal que es carretera, no sé qué desnivel tendrá pero no creo que baje del 10%. Me agazapo entre mis compañeros hasta coronar, bajada rápida con curvas fuertes pero sin problema.

            Empieza el penaero, la subida al Pozo se me hace eterna, siempre se me hace eterna, esas piedras, esas cuatro rampas seguidas más la última hasta coronar, uuuufffffff, allí me di cuenta de que quizás me había pasado un poco con el ritmo y sólo era el km. 60. Corono con 3:30 casi 20 minutos antes de lo esperado. Me esperan Eugenio y César en el avituallamiento, me paro a comer y beber y le digo a César que creo voy un poco rápido, me da un bocadillo y me dice para el camino natural.




            Bajada brutal hasta Guadalupe, casi toda la hago solo hasta que engancho con uno al final del tramo de carretera cuando ya empieza de nuevo un camino. Aunque se recupera comiendo y bebiendo en la bajada pero esta no sé por qué pero se me hizo una auténtica tortura, porque otra vez como en el reconocimiento me dolían las piernas y los brazos iban sufriendo con los botes continuos aunque en condiciones normales esa bajada es espectacular y más por la ruta del Onceno pero esa ruta quizá era demasiado peligrosa para la prueba.

            Comienza el camino natural, nada más empezar rampita al vientinoseque porciento, después pica hacia arriba un par de km. hasta que por fin puedes descansar llaneando y bajando, pero sólo un rato que luego viene lo divertido, Puerto Llano, a ver quién es el cachondo que lo llamó “llano”, rampita a 6 km. de coronar con todo el mundo bajándose de la bici ya y luego los más de 4 km. de ascensión. Y a esa hora el sol ya quemaba de narices. Me encuentro al primo Emma que me da un agua fría, tan fría que ya sé lo que es el agua bendita, es el agua de mi primo, me recarga las botellas con agua y bebida con sales (a mi si no me pagan no hago publicidad, J) . ¡Que lujo! ¡Gracias primo!

            Ya el cuerpo no me responde mucho y mi cabeza intenta ponerse hitos para engañar al cuerpo y seguir hacia delante, porque venía la subida hacia el Risco, y pensaba, esto es fácil, subes un rato, la zona dura andando y así comes tranquilamente, luego vuelves a montarte y ya estás arriba. Y así lo hice, y me encuentro a Gonzalo que me canta el 73, vas el 73, venga máquina. Y os prometo que me pegó un subidón y pensé en apretar todo lo posible pero creo que sólo me respondían las pestañas, estaba muy cansado pero tenía que terminar y si podía, no perder más puestos.
             
            Después todo bien hasta el final de la bajada y encarar el camino que rodea a Cañamero. Que mal lo pasé hasta llegar a Cañamero, no me conocía ese camino (conozco el de arriba no este) y sin referencias se me hizo eterno, un 0,0005% de pendiente me hacía perder cuatro, cinco, seis km/h, me desangraba, iba muerto.

            Lo que es la cabeza amigos, fue llegar al avituallamiento de Cañamero y se me quitó todo el dolor y sufrimiento y ya veía la meta, joder si la veía, venga 10 km. ¡ya está hecho! Y quedaban dos cuestitas pero daba igual, acabar, acabar, acabar... Y miro el reloj y me sorprende un 6:12 h., ostras no puede pasar de 6:30, lo puedo conseguir, vamos. Otro engaño para mis piernas que empezaron a funcionar y en la última cuesta encuentro a un grupo de 10-15 tíos, una pena que no haya más cuestas pensé. Fíjate lo tonto que esta uno, pensando en que me dieran más cuestas para pillarlos porque sabía que en llano no tenía nada que hacer y ojo que si me dan medio km. más les cazo, les paso y los gano o eso me creía yo.

            Y llegó el disfrute, bajada, llano, vía verde con uno delante que casi se queda sin cuello de mirarme y yo a tope, 30 por hora, te voy a pillar, pues no le pillé, porque cuando encaramos la subida final preferí llamar a mi mujer para decirle que iba a entrar en meta casi una hora antes de lo esperado porque un plaza más o menos tampoco me importaba demasiado, más importante era que los míos me vieran llegar y poder disfrutarlo con ellos.

            La meta, esa franja invisible (visible para el que le ponen la cinta, pero todavía no hemos llegado a eso, jeje) que en tu cabeza, o por lo menos en la mía, es lo a veces me empuja a hacer lo que hago, la que tira, la que saca esa fuerza de donde no la hay.

            Al final 6:29:53, puesto 66 en la general de casi 600 personas. Muy contento por el resultado aunque no del todo porque me falta fondo. Así soy yo, no me puedo conformar, algún defecto tenía que tener. El año que viene… Bajar de 6 horas y sobre todo y por encima de todo poder disfrutarlo, competirlo y compartirlo con algunos amigos que echado en falta.



            César, el tipo que se le ocurrió hacer esto y que por ello le doy mil gracias, por todo lo que he podido disfrutar, por todo el esfuerzo y empeño que ha puesto en sacar adelante esto y sobre todo por conseguir juntar a un equipo de personas que se han volcado en la prueba. Voluntarios, amigos, empresarios, autoridades, etc. Gracias a todos por vuestro apoyo, el domingo me sentí importante porque en cada parada alguien me conocía, alguien me animaba. ¡Gracias!

            El año que viene VOLVERÉ!! Eso seguro TITANES!!!


2 comentarios:

  1. Muy buena narracion kiko...a mi me encanto, gran organizacion!!! Precioso el paisaje, volvere!!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Iñigo, me alegro que te encantara, es un orgullo para nuestro pueblo haber podido disfrutar de este espectáculo! A por la Norextrem! Ya me contarás. Un abrazo.

    ResponderEliminar

Tiempo en Logrosán